sábado, 3 de enero de 2009

Día 01

Pienso, cuándo comenzó mi año nuevo, qué le pido al del calendario, qué me exijo para no decepcionarme. Cuento mis deseos, a algunos los veo enormes y digo, no soy la última coca cola del desierto, entonces pienso en los posibles y claro, ya no son deseos, son proyectos. No encuentro el intermedio.

Ilusión y, otra vez, los deseos vienen en papel de aluminio, desafiantes, a ver si podes… , y como no todos dependen de mí, a modo de rezo me entrego a la fechoría.

Al abrigo de los grados bajo cero y con doce uvas, una por golpe de olla, agradecí. Después, brindé por los que extraño y con los que estaban conmigo.

Al final, y antes de dormir, me dije que sólo era un día más, pero con yapa: por una vez el acuerdo nos pone juntos al inicio; la perennidad del tiempo se recrea, y de alguna manera, lo quieras o no, alcanzaste la largada y ahí nos encontramos.

2 comentarios:

Pablo Libre dijo...

Compartimos el deseo y los anhelos Mary. Que este año que se avecina muy difícil en lo externo sea al menos digno para nuestra vida interior.
Beijos

Anónimo dijo...

Yo pedi porque vuelvas lo màs rapido posible a Buenos Aires.
Lindo verte.
Besos
Lu