jueves, 12 de febrero de 2009

13/02

I
Las chicas lacias imponen su melena vigorosa
Rubia.
Mientras cautivan elogios pomposos
Que ya se han dicho frente a un espejo unívoco
Espontáneas, arrastran la y griega
Hasta confundirse con el zumbido de algún bicho estelar

II
Trato de imaginarme qué es el todo que si no completa, suple
La empatía se me agota en un deseo voluble
Después de todo tipo de paralelos Me pierdo
Ególatra y parcial,
En una superioridad que no alcanzo


III
No se trata de perdón, ni siquiera de indulgencia
Hubiese alcanzado con detenerse a tiempo, meciendo errores chiquitos
Minimizando el gesto contra toda gravedad contingente
Más nobles que simples


IV
El desamor no era para mí
Desde mi blonda adolescencia sin duelos
Las malqueridas husmeaban las axilas sudorosas
De transpiraciones ajenas
Y regresaban, honestas y dulces
A esperar al chico que de tan bueno,
yo había abandonado varias veces.

*** CONTINUARÁ***

1 comentario:

Anónimo dijo...

"que de tan bueno, habìa abandonado varias veces"
Quien lo hubiese dicho... me gustò el poema.
Beso, nena
Martìn