martes, 9 de septiembre de 2008

LA LLEGADA


Navego por Internet sin rumbo fijo, paseo por Blogs amigos y por otros, no tan amigos. Entro en FB , miro fotos de mis sobrinas, leo los correos de las chicas, respondo, levanto la cabeza de la computadora, miro por la ventana, el día mejoró y yo no fui a la playa.

Los contextos que marcaban mis pasos en Baires, claro, no están acá y estoy un poco desubicada.

Mi francés es precario; ayer me encuentro con una ecuatoriana en la facultad y las dos nos ponemos a hablar en inglés hasta que nos preguntamos los nombres, después de dónde “eres” y descubrimos que podemos manejarnos en un sano español neutro. Salvo por mis caderas pronunciadas, no doy necesariamente latina y ella, ni siquiera era caderona.

Tengo que ir a hacer mi “Carte de Sejour” y lo primero que pienso es en que me la van a negar por ser una divorciada con 34 años (qué problema tiene esta mujer: primero por haberse casado y luego por haberse separado tan joven y no, no tiene hijos). Después me calmo, en la embajada lo sabían e igual me autorizaron la Visa. Mis prejuicios anacrónicos no tienen límite. Ya me imagino apedreada en la plaza que tengo acá enfrente.

Me siento expulsada de mis hábitos. Desde que llegué que estoy obsesionada por no haber escrito nada en el último mes: antes era por los trámites previos, ahora porque recién llego, come on, María, come on.

Hay sustrato debajo de esta apariencia nula, soy un manojo se sensaciones inombradas, ninguna de ellas se vincula con un estado de melancolía, diría que todas registran y reclaman algún tipo de movimiento que aún no he sabido hacer.

Fantaseé con la idea de ajenidad, con que exiliada de mi propia lengua y todavía, ineficiente en la nueva, me transformaría en pura verborragia sudaca. Pero no, el tiempo transcurre sin marcas explícitas, mientras espío por el rabillo de la cerradura como una intrusa, invisible y muda, casi sin palabras y sin saber cómo nombrar lo que veo.

5 comentarios:

Pablo Libre dijo...

hola hermosa: que bueno es ir leyendo acerca de la espuma de tus días en la France.
A ver cuanto tardás en encontrar al Luciano francés, es menester que sea belga, holandés o de algún país limítrofe!

Xelia dijo...

Mi preferido de Vian...
No lo encontré a Luciano por aquí... buaaaaaa, ni a ninguno de ustedes mis irremplazables amigos

Pablo Libre dijo...

Ya los vas a encontrar, somos comunardos jaja.
¿está buena la ecuatoriana?

Xelia dijo...

nono, noo estaba buena, pero macanuda
por suerte no es mi estilo

Anónimo dijo...

Hola amiga! Más que interesantes tus hojas de ruta. Si bien creo ,que anque comunardos somos ireemplazables, como vos para nosotros...Yo creo que, si se pudiera hacer alguna comparación, el luciano francés debería ser vasco y leer la borra del café.

Besos!!
Virginia.